Sobre cómo y por qué se nos ocurrio la absurda idea de abrir un bar.
Todo empezó (en Rota, mayo del '95) con el paro. Y no con la oficina del paro, ni con la prestación por desempleo, sino por una falta de trabajo en general y una escasez severa de ingresos.
Manoli trabajaba 12 horas al día de estilista y a mi me habían mandado al carajo (por diferencias filosóficas!) en mi último trabajo en un restaurante y cantando y tocando el bajo en un grupo que se llamaba los Heavers. ¿Que podía hacer como inmigrante? Pues, endeudarme en $50,000, y ¿que más?
Después de 6 meses y medio y una jartá de ayuda el viernes, 1 de diciembre del ‘95, respiramos ondo, abrimos las puertas, y empezamos a currar. Gracias a los cientos y cientos de clientes maravillosos que nos han visitado desde nuestros comienzos, todavía seguimos currando...
Muchas gracias,
Chris